La pobreza y el subdesarrollo no son fenómenos aislados hoy en día. Entre otras cosas, los Objetivos del Milenio para el Desarrollo tratan sobre la alimentación y los productos básicos, la crisis económica y financiera, y el cambio climático. Son problemas cada vez más entreverados unos en otros y por eso el valor de una acción conjunta está cada vez más claro. Los actores de la esfera pública y la privada intentan crear sinergias entre ellos. Son relaciones que necesitan cierta experiencia.
La financiación innovadora se ha convertido en un instrumento indispensable para obtener recursos de origen público y privado. Por este motivo, Países Bajos ha decidido incorporarse al Grupo Piloto de Financiamiento Innovador para el Desarrollo. Para empezar, mi país será observador, aunque con la intención de incorporarse plenamente. Son muchas las iniciativas destinadas a movilizar financiación de origen público y privado para el desarrollo que han sido originadas por la labor de este foro.
La integración de Países Bajos al Grupo Piloto se debe a nuestra participación activa en alianzas en pro del desarrollo. Compartir y movilizar nuestros conocimientos y experiencias supone compartir y movilizar recursos económicos. Existe el riesgo de que las ideas innovadoras estén siendo desarrolladas para nuestros socios, en lugar de con ellos. Pero son ellos quienes mejor pueden adaptar la innovación a sus necesidades. Por este motivo, las alianzas deben trascender las fronteras. El Grupo Piloto cuenta con una ventaja innegable porque puede hacer que los países en desarrollo, las economías emergentes y los países que disfrutan de rentas elevadas se reúnan con las agencias de la ONU, las instituciones financieras internacionales y las ONG en una etapa temprana, a fin de experimentar y promover iniciativas. Gracias a la naturaleza misma del Grupo Piloto, la financiación innovadora no está politizada de modo incipiente. Las iniciativas nuevas necesitan tener espacio para crecer. Así podremos ver claramente las ventajas y los inconvenientes de las ideas innovadoras y sus consecuencias prácticas. Y las propuestas prometedoras podrán disfrutar de un amplio apoyo internacional y ser puestas en práctica.
El efecto catalizador de la financiación innovadora puede rebasar ampliamente el alcance de la Ayuda Oficial al Desarrollo, que es tan necesaria. Según el secretario general de la ONU, los Objetivos del Milenio no serán alcanzados si no se hacen más esfuerzos. El año 2015 se nos está acercando rápidamente y si queremos alcanzar los Objetivos del Milenio, tendremos que recurrir a más conocimientos, más capacidad, recursos e innovación. Países Bajos, que desde hace tiempo asigna el 0,8% de su PNB a la Ayuda Oficial al Desarrollo, se interesa especialmente por la financiación innovadora como medio de acentuar la eficacia y el alcance de la ayuda. Es posible hacerlo trabajando con nuevos socios, por medio de nuevas formas de cooperación, utilizando métodos nuevos. El Servicio Financiero Internacional para la Inmunización o IFFIm es un ejemplo interesante. Países Bajos aportará 80 millones de euros a este mecanismo sobre un período de ocho años. Los compromisos a largo plazo de este tipo posibilitan que IFFIm capte fondos emitiendo bonos en los mercados de capital, lo que facilita recursos en efectivo inmediatamente para los programas de inmunización. Como resultado, en septiembre de 2009 – al cabo de solamente tres años de su creación – IFFIm pudo desembolsar mil doscientos millones de dólares. Invertir ahora en inmunización salva muchas vidas en el futuro.
En resumidas cuentas, la financiación innovadora nos ayuda a transformar los obstáculos al desarrollo en oportunidades de desarrollo. Países Bajos se complace en participar en el quehacer pionero del Grupo Piloto.
Maxime Verhagen
Ministro de Asuntos Exteriores del Reino de los Países Bajos
El 12 de abril de 2010